
Arachis hypogaea (Maní): Guía completa de cultivo y cuidados
El maní (Arachis hypogaea) es una leguminosa de gran valor alimenticio y económico cuyo fruto se desarrolla bajo tierra (geocarpo). En esta guía práctica encontrarás todo lo necesario para cultivarlo con éxito: ciclo de vida, sustrato, riego, fertilización, plagas comunes y consejos para maximizar producción y salud de las plantas.
Resumen rápido
- Ciclo completo: 120–150 días.
- Germinación: 7–10 días.
- Temperatura ideal: 20–30 °C (óptimo 25–30 °C para germinación).
- Sustrato: suelos arenosos, bien drenados, pH 6.0–7.0.
- Riego: moderado (1–2 veces por semana), evitar encharcamientos.
- Fertilización: NPK balanceado (ej. 10-20-20), con micronutrientes como Zn y B.
Ciclo de vida y fenología
El maní presenta un ciclo que abarca aproximadamente de 120 a 150 días desde la siembra hasta la madurez. Etapas principales:
- Germinación: 7–10 días; temperaturas óptimas 25–30 °C.
- Plántula: primeras hojas verdaderas en las primeras 2 semanas.
- Crecimiento vegetativo: desarrollo de hojas y tallos durante 30–40 días.
- Floración: comienza entre 30 y 50 días; las flores son autógamas (auto‑polinizadas).
- Fructificación: los frutos (vainas de maní) se forman bajo tierra; duración del ciclo de fructificación entre 90 y 120 días.
- Senescencia: la planta marchita y seca hacia los 120–150 días, momento de cosecha.
Cómo propagar y sembrar
La propagación se realiza habitualmente por siembra directa de semillas. Es una técnica sencilla y con alta tasa de éxito si se cumplen las condiciones de suelo y clima.
- Mejor época: primavera o inicio de verano, cuando las temperaturas sean cálidas.
- Preparación del suelo: suelo arenoso, suelto y bien drenado; incorporar materia orgánica antes de sembrar.
- Profundidad de siembra: aproximadamente 3–5 cm.
- Distancia entre plantas: dependerá del esquema, pero dejar espacio suficiente para que las plantas se extiendan y para facilitar la aireación.
- Germinación: 7–10 días en condiciones óptimas.
Sustrato ideal
El maní prefiere suelos arenosos, sueltos y con buen drenaje; el pH óptimo está entre 6.0 y 7.0. Es importante que el sustrato tenga buena aireación y capacidad de retención de agua moderada, evitando encharcamientos que provoquen pudrición radicular.
Riego
El riego debe ser moderado y adaptado al clima y estado del suelo:
- Frecuencia: 1–2 veces por semana según temperaturas y textura del suelo.
- Volumen: suficiente para mantener el suelo húmedo pero no saturado.
- Calidad del agua: pH ideal 6.0–7.0; dureza media; temperatura ambiente (evitar agua fría).
- Síntomas de exceso: encharcamiento, pudrición de raíces y mayor incidencia de enfermedades fúngicas.
- Síntomas de déficit: marchitez, crecimiento lento y menor producción de frutos.
Clima y condiciones ambientales
Para un desarrollo óptimo el maní necesita:
- Temperaturas preferidas: 20–30 °C.
- Pleno sol: exposición directa para buena producción.
- Humedad moderada: no tolera ambientes muy húmedos que favorezcan enfermedades.
- No tolera heladas; proteger de bajas temperaturas.
- Buena ventilación para prevenir enfermedades foliares.
Fertilización y nutrición
Un plan de fertilización balanceado asegura buen vigor y fructificación:
- Tipo: fertilizantes balanceados con nitrógeno, fósforo y potasio.
- Recomendación NPK: 10-20-20 (o similar) para favorecer formación de fruto.
- Micronutrientes: zinc (Zn) y boro (B) son importantes para el desarrollo y la fijación de fruto.
- Aplicación: al momento de la siembra y refuerzos durante el crecimiento vegetativo; combinar fertilización al suelo y foliar en etapas críticas.
- Signos de déficit: clorosis, crecimiento débil y baja producción.
- Signos de exceso: follaje muy vigoroso con poca fructificación.
Poda y manejo vegetativo
La poda no es práctica habitual en Arachis hypogaea. Se pueden eliminar hojas secas o dañadas para mejorar la ventilación y reducir fuentes de infección, siempre con precaución para no afectar la productividad.
- Herramientas: tijeras de podar limpias y afiladas.
- Técnica: cortes limpios sin dañar tallos principales.
- Precaución: evitar podas excesivas que reduzcan la capacidad fotosintética y la producción de frutos.
Plagas y enfermedades comunes
Entre las plagas más frecuentes se encuentran:
- Gorgojo del maní (Caryedon serratus)
- Ácaros
- Pulgones
Síntomas: daño en hojas, frutos y raíces, con reducción de producción. Control recomendado mediante manejo integrado: monitoreo constante, rotación de cultivos, eliminación de restos de cosecha y uso de controles biológicos o insecticidas específicos (p. ej. piretroides o aceites minerales) cuando sea necesario.
Usos, propiedades y precauciones
El maní se utiliza principalmente para consumo humano (granos, productos tostados, mantequilla de maní) y para extracción de aceite. Es una fuente rica en proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales.
Precauciones importantes:
- El maní no es tóxico en sí, pero es un alérgeno común: puede causar urticaria, dificultad respiratoria y reacciones severas en personas sensibles. En caso de reacción alérgica, buscar atención médica inmediata.
- Evitar consumo en personas con alergia conocida.
Recomendaciones prácticas y consejos de cultivo
- Prefiere cultivo en exterior por su requerimiento de luz y espacio; en macetas requiere buen drenaje y suficiente profundidad.
- Rotación de cultivos cada ciclo para evitar agotamiento del suelo y reducir plagas.
- Mantener el suelo libre de malezas que compitan por nutrientes y humedad.
- Controlar plagas tempranamente con monitoreo frecuente; emplear manejo integrado antes de recurrir a químicos.
- Proteger cultivos de heladas y excesos de humedad (ventilar y evitar suelos encharcados).
- Recordar que los frutos se desarrollan bajo tierra: a la cosecha, escarbar con cuidado para no dañar las vainas.
Plan de manejo básico (resumen operativo)
- Preparar y enmendar el suelo (pH 6.0–7.0, arena y materia orgánica).
- Sembrar en primavera con temperaturas >20 °C; profundidad 3–5 cm.
- Asegurar riego moderado (1–2 veces/semana) y buen drenaje.
- Aplicar fertilización inicial (ej. NPK 10-20-20) y micronutrientes (Zn, B); monitorizar y aplicar foliar si es necesario.
- Monitorear plagas y enfermedades; aplicar medidas culturales y biológicas; usar insecticidas específicos sólo cuando convenga.
- Cosechar alrededor de 120–150 días según la variedad y condición del cultivo.
Conclusión
El cultivo de Arachis hypogaea es una excelente opción para agricultores y horticultores que dispongan de suelos bien drenados y climas cálidos. Con un manejo adecuado del riego, la fertilización y el control de plagas, se pueden obtener cosechas productivas y saludables. Recuerda siempre tomar precauciones respecto a las alergias al maní y seguir buenas prácticas de manejo integrado.
Preguntas frecuentes (FAQ)
- ¿Cuándo se deben cosechar los maníes? Generalmente entre 120 y 150 días después de la siembra, cuando la planta empieza a secarse y las vainas están maduras.
- ¿Puedo cultivar maní en maceta? Sí, pero requiere macetas profundas, sustrato arenoso, buen drenaje y mucho sol. La producción será menor que en suelo directo.
- ¿Cómo evitar que se pudran las raíces? Evita encharcamientos, utiliza suelos bien drenados y riega de forma moderada.
- ¿Qué fertilizante usan los productores? Fórmulas balanceadas con mayor P y K (ej. 10-20-20) y suplementación con Zn y B según análisis de suelo.
¿Quieres que prepare una ficha de siembra con calendario personalizado según tu zona climática o una tabla de dosis de fertilización por hectárea? Puedo ayudarte con eso si me indicas tu región o la superficie a cultivar.


