
Riego y cuidado de suculentas en invierno
El invierno es una época de cambios para las suculentas: muchas entran en letargo, reducen su crecimiento y necesitan menos riego. Sin embargo, los errores más comunes —como regar demasiado o colocarlas en lugares fríos y húmedos— pueden causar daños graves. Esta guía práctica te ayudará a mantener tus suculentas sanas durante los meses fríos.
Comprende la dormancia y las necesidades de tus plantas
No todas las suculentas reaccionan igual al invierno: unas entran en dormancia (detienen el crecimiento) y otras pueden mantenerse activas si reciben suficiente luz y calor. Investiga la especie que tienes para ajustar el riego y la ubicación.
Riego: principios clave
- Reduce la frecuencia: Riega mucho menos que en primavera/verano. Para muchas suculentas, un riego cada 3–6 semanas es suficiente, dependiendo del clima interior.
- Comprueba el sustrato: Deja que el sustrato se seque casi por completo entre riegos. Inserta un palillo o revisa la capa superior: si está seca a 3–5 cm, puedes regar.
- Riego profundo y puntual: Riega abundantemente hasta que salga por los agujeros de drenaje, luego deja que se escurra y seca por completo antes del siguiente riego.
- Evita el riego por aspersión nocturno: La humedad prolongada sobre las hojas y el frío favorecen la pudrición.
Sustrato y maceta: claves para evitar problemas
Un sustrato bien drenante y macetas con agujeros son indispensables. Mezclas con perlita, arena gruesa o piedra pómez ayudan a evitar la retención excesiva de agua. Si usas macetas de terracota, su porosidad favorece el secado.
Luz, temperatura y humedad
- Luz: Aumenta la exposición a luz brillante e indirecta. Coloca las suculentas cerca de ventanas orientadas al sur o al este en el hemisferio norte (o norte en hemisferio sur), evitando corrientes frías.
- Temperatura: La mayoría prefieren no bajar de 5–8 °C. Protege las suculentas del frío extremo y de heladas; si están en exterior, muévelas a interior o a un espacio protegido durante noches frías.
- Humedad: El aire seco es mejor que el húmedo. Evita baños de vapor o ubicarlas en baños con poca ventilación.
Fertilización y poda
Reduce o suspende la fertilización en invierno, ya que las plantas crecen muy poco. Aprovecha para retirar hojas muertas y revisar raíces si trasplantas, pero evita trasplantes durante periodos de frío intenso.
Problemas comunes y cómo solucionarlos
- Podredumbre por exceso de agua: Síntomas: hojas blandas, translúcidas y caída. Acción: Suspende riego, saca la planta, corta partes podridas y deja secar. Replanta en sustrato fresco y seco si la base está dañada.
- Etiolación (estiramiento por falta de luz): Síntomas: tallos largos y hojas separadas. Acción: Aumenta la luz gradualmente y recorta si es necesario para promover compactación.
- Plagas: Cochinillas y ácaros pueden aparecer en interiores. Revisa hojas y rosetas, limpia con alcohol isopropílico al 70% o usa jabón insecticida y aisla la planta afectada.
Rutina de cuidado invernal (resumen paso a paso)
- Reubica: Lleva las suculentas a un lugar luminoso y libre de corrientes frías.
- Revisa sustrato: Comprueba que drene bien y sustituye si está compacto o retiene humedad.
- Riega con moderación: Espera hasta que el sustrato esté seco a varios centímetros.
- Evita fertilizar: Retoma en primavera cuando aumente el crecimiento.
- Observa: Revisa semanalmente signos de pudrición, plagas o falta de luz.
Consejos rápidos
- Usa platos o bandejas que no acumulen agua; vacíalos tras el riego.
- Si vives en climas muy fríos, considera luces de cultivo LED para suplementar la luz natural.
- Evita mover las plantas de forma brusca entre ambientes muy distintos: aclimata gradualmente.
Con atención al riego, buen sustrato y una ubicación adecuada, tus suculentas pasarán el invierno robustas y listas para rebrotar en primavera.
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